Una de las obligaciones fundamentales que deben cumplir los detectives privados es el mantenimiento de la confidencialidad de sus casos. De hecho, el Reglamento de Seguridad Privada por el que se rigen recoge detalladamente esta condición, y determina que sólo podrán facilitar los datos de los casos a quienes se los encarguen y a los correspondientes órganos judiciales, así como a las fuerzas de seguridad del estado en caso de que fuera necesario.
Violación del compromiso
Así, la violación de este compromiso de confidencialidad ha sido la razón esgrimida por un juzgado de Barcelona para prohibir cautelarmente la publicación y distribución del libro La Cortina de Humo, escrito por dos exdetectives. La demanda fue presentada por la agencia para la que trabajaban los autores –que actualmente se encuentra en liquidación- por considerar que incluye documentación e informaciones sometidas a este deber.
No en vano, los investigadores tuvieron conocimiento de todo ello mientras trabajaban para la empresa y, tal y como especifica el auto, éstos firmaban un anexo en su contrato mediante el cual se les obligaba a mantener la confidencialidad en todos los casos durante su permanencia en la agencia.
Deber ético
Igualmente, el compromiso de confidencialidad debe mantenerse no sólo por temor a las represalias legales que pueda haber en caso de incumplimiento sino, también, por una cuestión del deber ético que implica dentro del ámbito profesional.
De hecho, forma parte de un código de conducta fundamental que los investigadores siguen con el objetivo de mantener un alto nivel de profesionalidad y evitar, en cierta medida, el intrusismo o el menosprecio laboral. Además, supone una garantía que puede facilitar el acceso de potenciales clientes.
De esta forma, la confianza depositada por el cliente, tanto si se otorga en un caso personal como si la investigación se realiza dentro del ámbito empresarial, debe tenerse siempre en cuenta en la labor desempeñada por los detectives privados.
Por lo que, ese compromiso de confidencialidad que se adquiere se situaría al mismo nivel en importancia que la preparación académica que se haya adquirido o la experiencia que se tenga en el trabajo que se desempeña.