A caballo entre la psicología, el derecho y la antropología, la criminología es la ciencia que se encarga del estudio de las formas, causas y consecuencias del crimen. Existe una rama teórica, ligada a la sociología, y otra aplicada que es la que emplean cotidianamente en sus pesquisas los investigadores policiales y privados.
Atrás queda aquella imagen cinematográfica del detective diletante y con métodos propios. El investigador privado de hoy en día es un profesional formado específicamente la Universidad. Actualmente, existen en España 13 institutos superiores que imparte la diplomatura y licenciatura en Criminología. Se trata de los de Granada, Sevilla, Córdoba, Cádiz, Málaga, Madrid, Valencia, Alicante, Barcelona, Santander, León, San Sebastián y Santiago de Compostela. Al tratarse de una disciplina tan relacionada con el Derecho Penal, estos centros se hallan adscritos a las respectivas facultades de Derecho.
Los estudios tienen una duración de tres años y se dividen en dos ramas: criminología en sí (licenciatura) y detective privado (diplomatura). Los requisitos para acceder a la primera son haber superado los tres primeros cursos de cualquier carrera, mientras que para el segundo basta con superar la selectividad.
Así pues, no basta con comprarse una lupa para ser detective. Los requisitos para obtener la licencia legal pasan por estos estudios, que incluyen asignaturas como psiquiatría forense y criminal, ciencia policial, biología, derecho, además de un amplio corpus práctico que capacita para detectar y tratar pruebas, hacer seguimientos y realizar informes periciales.
Tras superar estos estudios, el alumno puede convertirse en un investigador privado perfectamente cualificado para rastrear y resolver los casos.
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