Hace tiempo que desapareció la figura del detective al estilo Sherlock Holmes. De hecho, la televisión, el cine y los medios de comunicación de hoy en día han ido mostrando una imagen de esta profesión que, si bien a veces puede resultar un poco ficticia, sí se aproxima más a la estética y la labor real que desempeñan los investigadores actualmente.
Sin embargo, sigue habiendo multitud de tópicos y mitos que, lejos de beneficiar a los profesionales, pueden acabar poniendo en entredicho su labor:
- “No se requieren condiciones especiales para ser detective”: Como en cualquier otra profesión, para ser detective son necesarias unas capacitaciones físicas e intelectuales concretas y cumplir una serie de requisitos imprescindibles. Además, sólo podrán ejercer legalmente aquellos investigadores que hayan obtenido la licencia oficial, que expide el Ministerio del Interior. Para obtenerla hay que cursar la formación correspondiente, que se imparte en diversas universidades españolas –públicas y privadas- y permite obtener el equivalente a una diplomatura.
- “Un detective puede investigar cualquier cosa empleando cualquier método sin problemas legales”: Los investigadores privados no pueden aceptar casos que impliquen la violación de alguna ley. De hecho, sólo están legitimados para investigar causas legales y, si el cliente engaña al detective alegando legitimación, la responsabilidad recae sobre el cliente en cuestión. Por otra parte, los métodos que emplean también deben ser completamente legales y la información que obtengan tiene que ser utilizada para fines lícitos y siempre bajo el amparo de la Ley.
- “Es un sector que no está regulado”: La nueva Ley de Seguridad Privada, cuyo proyecto fue aprobado el pasado mes de junio, establece las condiciones de trabajo, así como los derechos y deberes, de los investigadores privados. A falta de su aprobación definitiva, la normativa que todos los detectives están obligados a conocer y cumplir es la Ley 23/1992.
- “No están obligados a facilitar informaciones que descubran por casualidad”: Si en el desarrollo de su labor un detective averigua que se está cometiendo algún tipo de delito, está obligado por ley a comunicarlo a las autoridades –al igual que cualquier otro ciudadano que presencie cualquier acto delictivo-.