Después de una separación, cuando los ex-cónyuges no viven en la misma ciudad, el derecho del régimen de visitas puede ser un lastre añadido al progenitor no custodio que, además de tener que abandonar su vivienda habitual, debe viajar periódicamente para visitar a sus hijos . Los gastos de traslado para seguir manteniendo contacto con los hijos son en muchos casos difícilmente asumibles y, por ello, motivo de litigio en los casos de divorcio cuando se reside en diferente localidad.
El Tribunal Supremo fija por primera vez doctrina en su sentencia del 26 de Mayo de 2014, que se reitera el pasado 19 de Noviembre, como criterio habitual y en defecto de acuerdo entre las partes, que sea uno el que lo recoja y otro el que lo retorne a su domicilio. Se pretende en primer lugar proteger el interés del menor y que no se vea truncada la relación con ninguno de los progenitores. Asimismo, fija que los gastos de traslado sean equitativos y, en el caso de que sea uno solo el que realice el traslado, exista una compensación económica.
Según disponen los artículos 90.c) y 91 del Código Civil, ambos progenitores deben sufragar los gastos de transporte de forma equilibrada y proporcionada a su capacidad económica, teniéndose en cuenta sus circunstancias personales, familiares, disponibilidad, flexibilidad del horario laboral, etcétera". Estos factores determinaran cuál de los progenitores será el que deba hacerse cargo de los gastos de transporte, tanto propios como del menor, y en qué proporción deber ser compensados. Para acreditar o desacreditar estas circunstancias, es importante el papel del detective privado que puede constatar cuáles son las circunstancias reales en cuanto domicilio efectivo, situación laboral, flexibilidad de horario, disponibilidad de vehículo… y evacuar el correspondiente informe que servirá de prueba en caso de litigio entre las partes.