Los casos más frecuentes a los que se enfrentaban los detectives solían ser temas personales (infidelidades amorosas, seguimiento a los hijos, etc.), de trabajadores que podían fingir algún tipo de enfermedad, posibles pequeños fraudes, etc.
Pero desde que estalló la crisis económica, aproximadamente en 2009, y según indican desde la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), sus principales clientes pasaron a ser las empresas, que multiplicaron por cinco las indagaciones económicas que realizaban los detectives –se pasó de 40.000 casos de este tipo a 200.000 en sólo un año-.
De hecho, y tal y como comentan desde la agencia Winterman, lo que parece preocupar realmente hoy por hoy es "preservar el patrimonio para no perderlo, es decir, cobrar a los clientes y cerrar las compuertas para que el dinero propio no se escape".
Analizando el Test Winterman sobre el fraude empresarial elaborado por este despacho, se observa como se trata de una afirmación justificada ya que, tomando como referencia a 350 compañías, el 65% de ellas sufrieron algún tipo de estafa, robo o engaño a lo largo de 2011.
Por ejemplo, se menciona el "absentismo presencial" –conocido en EEUU como cybersurfing o ciber-skiving- que designa a los trabajadores que realizan todo tipo de asuntos privados durante su jornada laboral. Un fenómeno que, según parece, ha crecido en España con la crisis debido, en parte, a que ahora no hay tanto trabajo. Aunque, por otro lado, destaca que el absentismo laboral se ha reducido hasta el 2% por el miedo a perder el puesto de trabajo.
Igualmente, la precariedad laboral está dando lugar a un fenómeno denominado "espionaje exprés" que los detectives suelen dividir en dos categorías:
- Los empleados despedidos que contactan con compañías de la competencia y, por una módica cantidad, desvelan información confidencial; y
- Aquellos que reciben directamente la llamada de la competencia y reciben una cantidad mayor si proporcionan esta información.
Son, en definitiva, este tipo de casos, junto con los de mayor envergadura que incluso conllevan delitos de corrupción, los que llevan a que despachos como Método 3 confirmen el aumento de sus casos. “A nosotros nos ha aumentado la actividad entre un 15% y un 20%", indican.
No obstante, la mayoría de los profesionales se muestran cautos porque, como observan, pese a que la crisis ha aumentado los casos de fraude y, en consecuencia, el número de investigaciones, las limitaciones económicas de muchas empresas también determinan, precisamente, las cantidades dedicadas a dichas pesquisas.