Lejos de los mitos y las fantasías creadas por los personajes detectivescos de las películas, los detectives privados son profesionales con estudios y altamente preparados. Además, necesitan de una importante infraestructura para desarrollar su trabajo. Para empezar, un detective privado tiene que ser un profesional que ostente la pertinente licencia (TIP) expedida por la Policía Nacional.
Los mismos detectives privados profesionales que ejercen en España consideran que una de las principales carencias de su sector es la escasa información que tiene la sociedad sobre su profesión. Muy poca gente conoce la figura jurídica de los detectives privados y la aportación que pueden hacer a la justicia con sus servicios. En consecuencia, en algunas ocasiones se acude a un abogado sin barajar la posibilidad de contratar a un detective.
En España se encuentran en activo y habilitados actualmente unos 1100 detectives privados con acreditación oficial de la Policía Nacional y todos los requisitos de negocio validados. Cifra diez veces menor a la de abogados ejercientes en nuestro país. Esta disparidad confirma el desconocimiento de la labor del detective frente a la masividad de los cada año nuevos licenciados en derecho.
Dado el tipo de trabajo, el detective no precisa de una oficina ‘fisica’ y además se trata de un negocio en el que pueden trabajar 2 ó 3 profesionales, e incluso muchos más si se tienen muchas investigaciones en marcha. Al contrario, sí que es necesario contar con material de investigación, lo cual requiere una gran inversión. Un ejemplo serían las cámaras de vídeo y la necesidad de realizar fotografías de alta calidad o equipos de comunicación, entre otros. Por lo tanto todas aquellas personas que se dedican a la investigación deberían analizar qué clase de clientes son los que quieren atraer y siempre desde una óptica realista de la situación.
En estos momentos, los principales clientes actuales de los detectives privados españoles son empresas, frente a los escasos contratos particulares. Éstas lo que buscan es averiguar posibles fraudes, competencia desleal o absentismos laborales que pueden afectarles en beneficios.
Cabe decir que, desde hace poco, los detectives privados han adquirido una importante labor al acceder a un sistema de colaboración con la policía, conocido como "Red Azul", a través del que intercambian información útil en ambas direcciones. De todos modos, los detectives tienen siempre obligación legal de informar a la policía de cualquier delito que detecten al ejercer su empleo.
Foto: Detectives Millenium