A la hora de hacer negocios con otras empresas o de reclamar un pago, conviene una pequeña investigación previa, sobre todo si existen dudas sobre su solvencia. Internet ofrece muchos recursos para recabar los datos básicos de las empresas que deben dinero. Son seguros y legales, aunque de pago.
Un buen punto de inicio es el Registro Mercantil, ya que los empresarios (excepto los autónomos) tienen la obligación de incribirse en este organismo público y hacer públicos los datos básicos sobre sus propietarios, así como su estructura, capital y funcionamiento. El acceso a la información, tanto on-line como presencial, requiere pagar una tasa.Como suele ser frecuente en los organismos público, la tramitación puede ser compleja y demorarse cierto tiempo.
Para las grandes compañías se puede consultar también la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La CNMV publica periódicamente informes sobre su actividad y recoge la documentación generada por ellas. El principal inconveniente es que se limita a las sociedadesque cotizan en bolsa.
En el caso de empresas pequeñas y medianas, la búsqueda de información es más laboriosa. Una opción es recurrir a empresas de investigación empresarial. On-line, se pueden encargar informes de solvencia y riesgos con diferentes grados de detalle. El coste depende de la información solicitada y en la mayoría de las empresas dedicadas a esto ofrecen bonos o cuotas anuales, útiles si se realizan consultas de forma regular. Los datos básicos de una sociedad pueden costar unos 50 céntimos, pero por una investigación personalizada y exhaustiva se pueden facturar 500 euros sin pestañear.
Los acreedores de un particular o una empresas cuentan también con el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI), que recoge los datos de los deudores reconocidos como morosos. El fichero RAI es un fichero común de información sobre solvencia patrimonial y crédito que sólo pueden consultar a través de las entidades asociadas. Los datos sólo pueden ser comunicados a los acreedores, a quienes actúen por cuenta de estos o a los propios morosos.
Si la investigación se atasca o se necesita un informe más amplio, se puede recurrir a un profesional especializado. Los detectives privados son especialmente efectivos para localizar el paradero de morosos o deudores. Contratarlos es recomendable cuando la cantidad adeudada es importante y se requieren obtener datos más allá de los metodos tradicionales.